viernes, 16 de noviembre de 2007

Sin linealidad




El otro día escuchaba y le ponía atención a una canción que me agrada mucho. En la primera oración de ella dice: “Home, is all that we have”. Analicé dentro de mí, ¿qué es lo único que tengo? ¿es el hogar? Al igual que en ocasiones anteriores, llegué a la conclusión de que mi soledad es lo único que tengo. Pero no es simplemente soledad, pues eso significaría no tener a nadie. La idea de soledad que me llegó, fue la del saber que lo único que tenemos seguro, es a nosotros mismos.
Recuerdo un día, después de un quiebre con un capricorniano, con el cual no me podía comunicar; logré llegar a esa conclusión de una forma tan clara, que lo sentía en todo mi ser. Recuerdo que lloré al sentirme solo, recuerdo que lo digerí y lo entendí. En esos días me sentí muy aliviado y autónomo, como si el conocimiento de “soledad” (o quizás “reconocimiento del ser”), me hubiese quitado el peso de tener que parchar a diario ese vacío que siento en mi.
Hoy en día, la soledad puede estar presente, pero no como un aspecto positivo de mí vivir, si no como la constante falla a arreglar. El hecho de que nadie entienda cosas que para mi son evidentes, y que muchos cuestionen mi actuar (incluyéndome), me hace caer en cuenta de que no hay apoyos en donde descansar.
Un hogar. Una vivienda. Un lugar donde vivir. Lugar donde comer, descansar, jugar, reír, hablar, disfrutar. Un lugar que nos acoja. El hogar (nosotros mismos), es todo lo que tenemos. Es todo para nuestro desarrollo. Es donde parten las cosas. Es donde nos dan las fuerzas para emprender el vuelo. En mi hogar, no hay ala libre. El vuelo no se alcanza. La independencia y la diferenciación no existen, son “pecado”. En mi hogar hay solo una pieza, que es la mía. No existe un padre que muestre lo que sucede fuera de casa, ni madre que ayude a asimilar las experiencias vividas. En mi casa estoy solo.
Para mí, la oración mencionada, simboliza, en gran parte; mi soledad. Quiero que mi soledad sea la herramienta que tengo. Quiero que sea apreciada, tal y como lo fue una vez.
Camino desde la universidad, venía pensando en la micro qué es lo que realmente deseo. Quiero deshacerme de las cosas que me impiden ver con claridad. Botar lo que sobra. Pero ahí vienen remordimientos e impedimentos casi morales para desarrollar tal actividad.
¿Cómo poder dejar a la gente que cuenta conmigo? Es cierto que ellos ni se preguntan que mal hacen en mí. Quizás no soy lo suficientemente transparente como para dar a conocer tales “incomodidades”. Quizás el miedo a perder a la persona que carga con los problemas (o sea, el miedo a perderme), les impide el dejarme libre. No lo sé.
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