
Cuando me siento realmente solo, me baja algo de pena, una cierta nostalgia que me cautiva y distrae durante un pequeño atardecer. El aire suele tener la imperante necesidad de ser inspirado hacia mis pulmones, de manera casi enamoradiza, como un suspiro de primavera que las hormonas suelen contagiar a diario. Me gusta la nostalgia, y quizás también la pena. No me gusta estar solo, pero es una condición irreversible, tal como un cáncer que carcome un cuerpo desde dentro. Me acuerdo de una canción de Silvio. No es música que suelo escuchar, ni siquiera en mi mente. No recuerdo de que parte de mi película diaria saqué ese estracto de canción. Su aguda voz entonando un pequeño coro bastante triste y melancolico, me hacen ver al infinito y escribir sin un final seguro.
Ya retomando la linealidad y la coherencia; las vacaciones finalizan y el verano se va, dejando el fresco otoño y sus amarillas hojas al rededor de toda la ciudad.
Poco a poco, se escucha, como el estruendo de los autos aumenta. Desde esta semana se siente el comienzo de un nuevo año, de nuevas rutinas, de nuevas situaciones. Y al final es eso lo que me impulsa a seguir viviendo. Algo así como lo que mató al gato. Ver que hay más allá del ahora. Durante el año tendré nuevos cursos que he de tomar, nuevas personas quizás que me han de acompañar, diferentes proyectos que tendré que retomar. Se ve interesante este año. ¿se ve interesante este año? Es un año como cualquiera. Un año más que el anterior, nada más eso. Más maduro quizás. Yo diría que más vivencias se han acumulado en mi. Madurez no mucha, simplemente más ensayos y errores que ya han pasado. Sigo sin entender varias cosas, entre ellas a las personas. Sigo intentando una escapatoria a algunos procesos cotidianos, como la convivencia con otras personas dentro de mi propia casa. Pero en fin, quién quiere saber de problemas ahora que la melancolía, la pena, la tristeza y la añoranza visitan el alma.
.
.
.
2 comentarios:
Y te deseo lo mejor para el año que se viene!
Leí la entrada anterior, me pasó lo mismo cuando conocí esa calle, estuve buscando casa ahi y casi me cambio a ese barrio! Si no fuera por mi hermano chico y su colegio a la cresta! atroz.
Espero que todo vaya bien!
Muack :)
La pena sabe más deliciosa cuando no es algo que realmente te afecte.
Publicar un comentario