Dejé de pololear, y ahora me siento libre. Iba caminando por gay town, y me di cuenta que ya no tengo dueño que me llevase de la correa.
¿Será pura idea mía, o de verdad estaba tan atado? Quizás es solo paranoia, pero la pena de la “soledad”, se llena con la suave brisa de la libertad.
Y ahora no sé que es lo que quiero. .
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3 comentarios:
mm...me pasó algo parecido, pero después me dí cuenta que eso era lo que quería, al menos por ahora, ser libre.
No compromisos por un buen tiempo más.
Que estés increible.
Muack!
es comun en estas fechas, lo bueno es que estas fechas son para renovar...
suerte en aquello
abrazos navideños!
muchos de nosotros no sabemos lo q keremos =/
yo necesito caminar por gay town, como suelo hacerlo en esta vida mia q es una pelicula, quizas con un poco de musica de Philip Glass, para empezar a pensar en las cosas en las que debo pensar.
blah. tampoco sé q escribir.
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