
“Pero ¿era amor? La sensación de que quería morir junto a ella era evidentemente desproporcionada: ¡era la segunda vez que la veía en la vida! ¿No se trataba más bien de la histeria de un hombre que en lo más profundo de su alma ha tomado conciencia de su incapacidad de amar y que por eso mismo empieza a fingir amor ante sí mismo? ¡Y su subconsciente era tan cobarde que había elegido para esa comedia precisamente a una pobre camarera de una ciudad perdida, que no tenía prácticamente la menor posibilidad de entrar a formar parte de su vida!” – la situación del como se sentía Tomás, protagonista de “La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera.
Con respecto a la situación, el protagonista “…se enfadó consigo mismo, pero luego se le ocurrió que en realidad era bastante natural que no supiera que quería:
El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores.
¿Es mejor estar con Teresa o quedarse solo?”
De repente, siento que la situación de Tomás, es una realidad en mi esquema. Tengo la obligación a amar a alguien. Tengo la obligación de estar con alguien. Y es ésta búsqueda constante y frustrante la que me obsesiona en que la siguiente persona sea la correcta. La siguiente persona tiene que ser la persona a la que le entrego mi falso amor.
Hace tiempo creo haber tomado conciencia de mi incapacidad de amar. Creo que si he sentido amor, ha sido tan fatuo e inexistente como las lluvias de verano.
Quizás es una muestra de ingratitud hacia las personas a las cuales he sentido este sentimiento, indescriptible y “pleno”, pero cuando el momento parece tan lejano como el comienzo de la historia, pareciese que el oro de su color se opaca con el ocaso de su término. Sería una buena excusa para decir que “nunca” he sentido amor.
¿Es necesario enamorarse de una persona?
.
.
.
Quisiera dejar de desear estar con alguien.
Con respecto a la situación, el protagonista “…se enfadó consigo mismo, pero luego se le ocurrió que en realidad era bastante natural que no supiera que quería:
El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores.
¿Es mejor estar con Teresa o quedarse solo?”
De repente, siento que la situación de Tomás, es una realidad en mi esquema. Tengo la obligación a amar a alguien. Tengo la obligación de estar con alguien. Y es ésta búsqueda constante y frustrante la que me obsesiona en que la siguiente persona sea la correcta. La siguiente persona tiene que ser la persona a la que le entrego mi falso amor.
Hace tiempo creo haber tomado conciencia de mi incapacidad de amar. Creo que si he sentido amor, ha sido tan fatuo e inexistente como las lluvias de verano.
Quizás es una muestra de ingratitud hacia las personas a las cuales he sentido este sentimiento, indescriptible y “pleno”, pero cuando el momento parece tan lejano como el comienzo de la historia, pareciese que el oro de su color se opaca con el ocaso de su término. Sería una buena excusa para decir que “nunca” he sentido amor.
¿Es necesario enamorarse de una persona?
.
.
.
Quisiera dejar de desear estar con alguien.
=/
4 comentarios:
Siento exactamente lo mismo que tú.
Y si te preguntas como llegué
aqui, ni yo lo sé.
Muack.
Creo que
te entiendo...
en mi caso hay un miedo, uno que me convence de que las personas no me importan... opté por adoptar a un gato...pero la soledad persiste, y la disconformidad también
Saludos
Creo que resultaría imposible hacer tan sólo una lista de las cosas que gustan, el deleite va apareciendo cada día...ahora me deleita ver a mi gato jugar con ratón fluorescente...pero sigo pensando que este departamento es muy grande para mi y un gatito... quizá deba tener dos gatos...o quizá debo trabajar en mi...
Lo de tu lista queda pendiente entonces
Escribir siempre ayuda, es como el acto de abrir la ventana y ventilar la pieza. Medita en eso. No se trata de que la pieza se transforme por acto de ventilación, sino más bien que la luz entre y las sombras cambien de posición, los colores siguen siendo los mismos pero la luz es distinta.
Vale decir mi amigo, un gustazo el saber que vivir solo no es ni bueno ni malo, puedes perderte en la búsqueda del amor perfecto (que a mi parecer es una bella utopía que muestra lo más hermoso y lo más feo de los hombres y mujeres) que llenará tu otra mitad. Yo por otro lado, prefiero asumir que siempre serás solo porque tus percepciones siempre serán individuales.
Cuando abrazo esta visión, no me siento tan perdido. Ni tan solo. Las compañías pasan, las parejas igual. Lo único que queda siempre, son es@s rar@s amig@s que no intentan cambiarte, te aceptan tal cual y te aman por ello, sin condiciones ni restricciones.
El resto amigo mío, es soup opera, pura teleserie, puro inconformismo. Mejor sigue siendo fiel a tu naturaleza (ser cable a tierra), acéptate, y lo que no te gusta lo cambias por tí mismo. Por curiosidad, amor propio y la razón que quieras.
Un abrazo virtual socio, nos vemos around.
Publicar un comentario