sábado, 16 de julio de 2011

… Yo no sé cuál es el concepto que hay detrás de una relación, pero siento que he pasado demasiado tiempo soltero.

Repitiendo el título de un libro que un día encontré en casa de mis padres, es que comienzo contando este dilema que tengo en la cabeza. “ QUÉ HACEMOS AHORA QUE LOS TENEMOS”. El libro se refería a los hijos. En realidad nunca leí el libro a pesar del interés y la impresión que me dio.

El asunto ahora son las parejas, novios, novias, etc. Que hago ahora que tengo novio. Al fin después de muchos años me he dicho “elijamos uno… arriesguémosnos”.

Hace más de una año conocí a un tipo. Alto, rubio, ojos claros, piel y pelo perfectos, una personalidad agradable (pero no fascinante)… un modelito cualquiera. Por un tiempo fue algo así como mi fuckbuddy, pero después de un tiempo me aburrió la situación y lo mandé lejos. La primera vez volvió, pero la segunda desapareció.

Luego de más de seis meses sin hablar ni cruzar media palabra (cuento corto), nos juntamos.

El mismo modus operandi de siempre. Mi casa, dos copas, champagne y algo para comer. Luego de un par de copas, no hay más que el cuerpo del otro sobre cada uno.

En fin, eso es cómo lo obtuve o lo podría obtener, ya que probablemente ahora sea nuevamente un fuckbuddy más que un novio. Al asunto que le he estado dando vueltas es al hecho del “empezar”. Digamos que quiero estar con él, pero ¿para qué? Volviendo al título del libro: “qué hago ahora que lo tengo?”.

En otros tiempos el pololear se daba tan fácil; nunca tuve estas preguntas. Tenía claro que si tenía novio era para un objetivo, en cambio ahora, no tengo la menor idea de qué es lo que quiero hacer. Para qué quiero estar con él. Peor aún, no sé por qué quiero estar con él. Creo que no lo quiero, simplemente quiero tener un juguete nuevo. Quizás estoy forzando algo que no existe.

En otros tiempo aconsejaría con seguridad que “la comunicación, honestidad y transparencia es la solución… habla con él y dile lo que piensas… pregúntale lo que quieres saber de él”. Ahora no me atrevo a preguntar ni a aclarar nada. Yo sé por qué no me atrevo… tengo miedo a sus respuestas. Sé que probablemente no son positivas, y si fueran positivas, no me complacerían.

Qué hago ahora que lo tengo!

miércoles, 9 de febrero de 2011

Podría apostar que tengo depresión o algo parecido.

Me he sentido con mucha pena últimamente, y me he sentido mal sin sentido.

Me he enojado con varios, y me he alejado de otros.

Sin embargo, tanto torbellino emocional tiene una explicación. Esa explicación pasa por problemas del corazón; y como siempre acontece en mi vida, los problemas del corazón van de la mano de hombres narcisos o de guapos mocetes que entran en mi vida.

Estos hombres son los que activan un switch que libera en mi una incomodidad enorme. ¿Qué quiero de ellos? Tengo clara mi tendencia sexual, sé que me gustan los hombres y eso no me importa mucho, no me preocupa ni me angustia. Lo que sí me angustia es no saber lo que siento cuando veo a un hombre.

Acaso, ¿lo quiero para tocarlo?, ¿quiero ser él?, ¿quiero tenerlo?, ¿quiero que me quiera?, ¿quiero dañarlo?, ¿quiero validarme? Pues no tengo respuestas a esas preguntas, ni sé que es lo que quiero lograr.

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viernes, 21 de enero de 2011

Desolado

... Y es cierto, Raúl me lo dijo.

El chico estaba con pareja, hace muchos meses, viven juntos y hasta estudian juntos. Jamás lo dejaría por mí. Y si eso sucediera, tendría que llevar el peso de ese muerto por un buen tiempo. La relación no tenía ni pies ni cabeza, pero no tuve la madurez de cortarla. De repente mejor no hacer nada. Yo no te llamo, ni tu me llamas.

Sin embargo, la pena me llena. No sé en realidad si es pena. Es rabia también creo.

Ayer hablaba con otro amigo y le intentaba explicar cómo me sentía. Finalmente llegamos a la conclusión de que somos muy inocentes, y siempre creemos que las personas con las que nos relacionamos van a ser tan honestas y transparentes como nosotros lo somos con ellos. Lo mismo me sucede en gran parte de las relaciones que he tenido.

Quiero una solución y no arrastrar esta sensación o compromiso implícito, por mucho tiempo. Creo que algo bueno podré aprender de esto.

Lo he decidido, ahora miraré hacia delante y seguiré con lo mío...

viernes, 24 de diciembre de 2010



… Ahora que estoy solo…

Vivo solo hace casi un año. El primero de enero del 2010 decidí irme de la casa de mi madre, en la que había vivido por los últimos 26 años de mi vida. La compañía constante de la madre ausente, ya me estaba agobiando un poco. Varias razones rondaron a mi decisión de marcharme, pero fundamentalmente fue ese placer de saborear la libertad una vez más. Tener en las manos un pedazo de independencia, por esos días, me llenaba el rostro de felicidad. Una sonrisa, cual ebrio en el licor más intenso, que con solo unas gotas me dejaba estúpido de placer. Así andaba por las calles, que ahora son las de mi barrio, después de haber visitado el departamento que sabía que era para mi, y que aún no podía creer lo barato que costaba.

Mi primer departamento, mi primer pie fuera del útero. Lo disfruté tanto en un principio, a pesar de los duros momentos que estaba pasando. En ese tiempo terminaba mi trabajo de título para obtener el grado de ingeniero civil, en una prestigiosa universidad. Tras años de muchas evaluaciones, cursos aprobados y millones de horas invertidas (y pesos también), llegaba la hora de hacerse de paciencia y escribir un documento técnico sobre la ingeniería civil. Además del documento ese y todos los trámites que conllevaba (reuniones, correcciones, prorroga de plazos, modelaciones, experimentación, peleas, llantos, gritos, etc), tenía que amoblar mi departamento. Durante meses me conformé con la cama y el escritorio, en donde mi vida se llevaba. Tarde mal y nunca ordenaba. No sé como sobreviví a ese periodo. Mi objetivo: terminar mi trabajo de título.

Hoy en día, después de tres meses de haber terminado ese periodo, siento que he perdido el norte. En realidad, el norte no se perdió, lo que sucedió es que llegué al norte, y ahora “mi vida no tiene sentido”, mi vida no va a ningún lado. Necesito tener un objetivo, pero antes, debo ver en que situación me encuentro.

Es medio día, alrededor de las 13:30. Recién salí del trabajo en el que estoy desde hace más de un año. Hoy decidí irme en bicicleta. En el camino iba pensando en mi vida, en lo que tengo, en lo que quiero, y en lo que podría perder. Al igual que en la casa de mi mamá, siento que tengo la compañía de algo o alguien ausente. Hay una compañía ficticia “por cercanía”. A qué me refiero. Por ejemplo, cuando vivía con mi madre siempre sentí su compañía, aunque ella nunca estuviese ahí para mí. Siempre sentí que me protegía, me cuidaba, o se encargaba de todo aquello que yo no le tomaba importancia. Es como la compañía de “Dios”. Desde que me fui de su casa, sigo sintiendo la compañía de ese algo “superior” (más que superior, es algo etéreo, sin forma ni atribuible a un individuo en particular), de esa ilusión de “no soledad”. Eso es una de las cosas que tengo, y que no me gustaría perder. No es que quisiera tener la cercanía de mi madre o de otras personas, en realidad es como una fobia quizás (ahora que lo pienso). El otro día, no recuerdo con quién hablaba, y me comentaba que las fobias son el deseo de hacer algo; por ejemplo, vértigo es las ganas de tirarse al vacío. Creo que eso es un poco lo que a mí me sucede, tengo miedo a perder esa “no soledad” pues quiero estar solo. Bueno en realidad no lo sé.

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Sobre la bicicleta, pensando en lo que tengo, quiero y podría perder, no es coincidencia. Tengo una ambición, una decisión, un punto de inflexión en mi vida que no sé si recorrer. Siento que es bastante arriesgado, pero no tengo idea que hacer. Quiero tomar riesgos, pero al mismo tiempo no quiero perder. Mi instinto no apunta hacia ningún lado. La pregunta raíz es, ¿qué hacer con mi vida? ¿Ahora que tengo un título universitario, qué hago?

Mis aspiraciones no son casarme, conocer gente, o montar la empresa más grande de ingeniería. Mis ambiciones no son el acuñar un montón de dinero, ser millonario y tener una casa gigante. Mi deseo es viajar por el mundo, vivir en varias ciudades, conocer lugares, culturas y gente diferente; hablar muchos idiomas, olvidar otros; experimentar cosas nuevas, ser feliz con pobreza, y gozar la riqueza; ser un soñador del mundo. Me gustaría tomar la decisión adecuada para seguir ese paso. Deseo que se presente la oportunidad luego. ¿Cuándo será?

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domingo, 28 de noviembre de 2010

Hace mucho tiempo que no me daba el tiempo de escribirte.

No es que no tenga nada que contar, o que no me haya pasado nada. Me he cambiado de casa, ahora vivo solo. Ha sido diferente y me ha recordado los momentos en los que he estado en otros países en la misma situación. Poca compañía y mucha incertidumbre, sin mucha seguridad en lo qué será el mañana. Ando muy perdido por la vida. No sé lo que quiero, ni hacia dónde ir. Vivo sólo con la inercia de la vida pasada.

Es algo decepcionante el verse junto a la corriente, sin la ambición de "algo más". ¿Será, quizás, que el mundo que me rodea me exige más, pues espera más de mi? Estoy 100% perdido. Es como una adivinanza; tener que descubrir un "algo" sin tener ni una pista. Alguien te dice: "en qué estoy pensando", bajo ni un contexto. Me siento sin respuesta, y con miles de interrogantes sin saber por donde empezar. Quizás por lo mismo he retomado el escribirte.

Me he dado cuenta de que no tengo a nadie que me pueda ayudar. Bueno en realidad si tengo a gente que me ayuda; lo que no tengo es la capacidad de pedir ayuda. Tendré que aprender...

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lunes, 31 de mayo de 2010

Desmoronándose


Y los castillos van perdiendo sus ladrillos y las monarquías su poder.

Y es que mi vida dentro del castillo no ha sido todo el tiempo parte del control cotidiano de la vida burguesa. También he sufrido como el burgués que no soy.

martes, 30 de marzo de 2010

Otro mail



Yo tengo un concepto sobre el tiempo, las personas y el to be. Creo que, especialmente en relaciones más allá de la amistad, esos conceptos son sumamente importantes. Tenemos que el tiempo nos cambia, no? Maduramos, pensamos diferente, o simplemente nuestros intereses son conquistados por otros nuevos. Las personas pasan a convertirse en casi nuevas personas. Es un poco lo que nos pasa cuando dejamos el colegio y las típicas parejas eternas se separan, pues pasan a otros ciclos y qué sé yo. Es ahí donde el to be tiene cierta relevancia. Yo creo que las personas son un estado, es decir, yo nunca soy, y siempre estoy; a excepción de ciertas cosas que son netamente endémicas como la nacionalidad o la raza de repente. La cosa es que la persona de ayer tenía sentimientos por el mino de ayer. La de ahora quizás ya no le interese lo que le movía antes. Para mi es de esperar que no sea lo mismo. Pero de todos modos, podría llegar a ser mejor. Normalmente las personas nos movemos por necesidades. Algo así como el concepto capitalista de la oferta y la demanda. Si yo necesito algo me dirijo hacia el estímulo que me satisfaga esa carencia. Sin embargo, en una relación, lo sano sería que no sirviera como una cura a las carencias que podamos sentir en nuestro corazón. Mi idea, con respecto a las parejas es que uno estando completo y sin necesidades pueda encontrar a alguien con quién quiera compartir su vida, sin esperar recibir algo a cambio ni esperar dar para que la relación tenga un sentido. En fin, creo que me he desviado un poco de la línea, pero lo que intento decir, es que de repente las relaciones más pasionales e intensas, que suelen ser las dominadas por oferta y demanda (carencias ancestrales de nuestra vida familiar pasada), suelen ser las que tienen un final igual o más aburrido que esas relaciones lentas en las que las necesidades ya están completas. .
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Mail



Las cosas van bien pero al mismo tiempo no van bien. Me siento mal emocionalmente, y creo no saber porque. En realidad creo que sé, pero eso no soluciona nada, me sigo sintiendo igual. La semana pasada, creo que la terminé bien, ya ni recuerdo. El viernes me acosté temprano y al otro día me levanté temprano y conocí por internet a un americano que estaba en chile y me quería conocer. Como le decía, me levanté temprano y fui a la piscina. Nadé dos horas y bien, no me cansé tanto; y eso que fui en bici a la piscina. Luego de eso fui lentamente a mi casa esperando que mi camino fuera interrumpido por la llamada de este gringo que le contaba. Llamó cuando iba por el monumento a Balmaceda, cerca de plaza Italia. Quedamos en que iría donde él estaba, en un café de Mosqueto, el café de las flores. Llegué, me comí algo y luego caminamos. Él nunca se vió interesado en mi, y creo que tampoco me mostré interesado si es que lo estuve; además mi seguridad no estaba en su punto más álgido, ya que mi pelo estaba super wild después de la piscina y la bicicleta. En fin, caminamos, yo con mi bicicleta y mis cosas de la piscina, y él con su bolso de turista americano. Llegamos a la plaza de las esculturas, nos tiramos un rato en el pasto, conversamos, y como no hablaba nada de español, me sirvió bastante para mejorar o practicar, en realidad, mi inglés. Luego, a causa del hambre fuimos a un restaurant a comer unas cositas, y aprovechamos de tener un pisco sour para cada uno. El frío empezaba a arremeter en la ciudad, así que emprendimos marcha hacia mi casa para poder cambiarme de ropa y poder continuar con la visita guiada a stgo. Entramos a mi edificio por el estacionamiento subterráneo ya que venía con la bicicleta. La dejé en la bodega y ascendimos al 5° piso hogar mío. En casa me cambié de ropa en frente de él, con cierta intensión de tentarlo o moverlo de alguna forma, ya que a pesar de verse bastante desinteresado y no a gusto conmigo, no sentía rechazo de su parte sino intensiones de quedarse. Eran señales que no entendía... demasiada neutralidad. Él estaba en mi cama acostado y yo poniéndome las zapatillas y calcetines. Tentado estuve todo el tiempo de acercarme a él y besarlo o hacer algo para poder sacarlo de ese estado de aburrimiento constante. Después de todo nada pasó en casa. Con harapos nuevos nos dirigimos a su casa para acometer con la misma misión de cambio de pilchas. Camino al paradero, pasamos por una iglesia que me gusta mucho, que se encuentra cerca de casa. Pasamos por la iglesia de isidora goenechea. Ahí se estaba dando un matrimonio con una novia bastante joven en comparación con el novio que más que novio parecía su padre o quizás su abuelo. Nada pensé al respecto, sólo me sorprendí y en un principio me extrañó que saliera la novia de la iglesia con alguien tan mayor (quién pensé era su padre y después del beso me di cuenta de que no lo era). Nos quedamos sentados junto a la fuente hasta que los novios se fueron en un descapotable blanco tocando la bocina a través de santiago. Después de esa parada, nos fuimos a tomar el bus y nos dirigimos hacia su hostal, en donde tuve que esperar en un living mientras el gringo se cambiaba. Ya listos y más abrigados el patio bellavista fue la siguiente parada, en donde nos sentamos y tomamos alcohol y pedimos algo para comer. Tomé sólo un trago, pues mi intensión no era embriagarme y poco había comido ya durante el día. De todos modos, algo de alcohol me subió a la cabeza, dejándome con menos pudor y timidez. El plan de la noche era: cambiarse de ropa, ir a un bar, y de ahí separarse; él a una fiesta y yo a mi casa a dormir. Luego del patio bellavista, yo lo acompañé nuevamente al hostal para que buscase la dirección de su fiesta. Cuando volvió con el dato que buscaba, le dije que si quería acompañarme a mi casa y dormir conmigo ahí, recalcándole que sólo lo quería para dormir. Dijo que lo pensaría, y entonces le dije, sin frustración de por medio ni nada que me avergonzara al respecto, que diésemos un paseo y luego yo o nosotros, nos íbamos a mi casa. Ya llegando a mi paradero me dijo que me acompañaría. Ya casi totalmente ebrio de cansancio nos subimos al bus y nos dirigimos a mi casa nuevamente. Nos quitamos la ropa, nos acostamos y nos besamos; nos abrazamos y dormimos durante bastante tiempo. Sin embargo, a pesar de que la idea fue mía, yo estaba super cansado, y pensaba que quizás era mejor haberse acostado solo y haberse recuperado con la noche. Al día siguiente pasaron más cosas que me da lata seguir relatando para no dilatar la historia. El sentido es que, el gringo se fue hoy. O sea, solo estuve el sábado casi todo el día con él, y el dgo en la noche, que me junté con él después de su visita por el cerro sn cristobal. A pesar de lo corto que fue, creo que me siento dolido de su partida, y con esa emoción de pesar y duelo que provoca la pérdida de alguien. Muy consciente lo tengo, pero aún así, me duele como si fuera otra cosa. Mas creo que me duele otra cosa; como el sentirme sólo, o estar sólo. No tener apoyo, no tener cimientos, es algo que me ha roído desde hace tiempo. Es tan raro vivir en el aire, y soportarlo. El futuro ha sido mi escape del presente, pero el presente ha sido el que le ha cerrado las puertas a ese futuro día tras día dejándome en este limbo durante un presente que se transforma en eternidad. Me gustaría saltarme esta etapa y caer en el futuro que tanto más me pertenece que este pseudo infierno que se tiñe de felicidad a tiempos. Paz, me siento mal y creo saber por qué es, pero siento que no puedo solucionarlo ni salir de aquí. Si pudiera pedir un deseo pediría... sabiduría para terminar mi memoria. También, si tuviese la oportunidad, pediría claridad. En este fondo, nadie me puede ayudar. Esta soledad, nadie mas que yo, la puede llenar.